miércoles, 16 de abril de 2014

Historia de las doctrinas filosóficas – Raúl Gutiérrez Sáenz



Posteado por: Javierwheatley
Cada persona capta la realidad a través de sus propios lentes de color. La realidad aparece ante sus ojos teñida con el color de sus lentes. Si esto sucede con los lentes de color, lo más interesante del caso es que también sucede en el terreno metafórico, es decir, cada persona capta la realidad que lo rodea a través de sus propias estructuras noéticas, las cuales han sido aprendidas y asimiladas a lo largo de la vida gracias al efecto de la educación recibida. Esos puntos de vista, criterios, principios, presupuestos, prejuicios y demás elementos cognoscitivos, flotan en el ambiente, forman la cultura de una época, de una sociedad, de una nación. Pero lo que nos interesa en este libro es que tales elementos culturales se introyectan en la mentalidad de una persona a tal grado que conforman su perspectiva, su punto de vista, su criterio axiológico, en una palabra, su propia filosofía.


Cada individuo juzga las cosas, las personas y las situaciones desde su propio punto de vista, es decir, en función de su propia filosofía o lente de color. Cada persona interpreta la realidad a su manera, con su propio criterio, con sus propias estructuras noéticas. Esto es un hecho innegable. Las diferencias de opinión y de valoración con respecto a un mismo hecho frente a varias personas constituyen una situación que no deja de ser problemática dada la insistencia de cada uno acerca de la objetividad de su propio punto de vista.
Cada individuo cree poseer la verdad, y los que juzgan un asunto de manera diferente son calificados como equivocados o como faltos de razón o simplemente como locos.
He aquí el origen del problema crítico, la pregunta acerca de la verdad.
La divergencia de juicio frente a un mismo hecho es algo innegable. ¿Cómo se explican esas diferencias tan notorias? ¿Es posible llegar a mía postura común, es posible poseer la verdad? Mi respuesta tajante es un sí definitivo. El hombre puede llegar a tomar conciencia de sus propias estructuras noéticas y gracias a esto, puede iniciar un proceso de acercamiento a la realidad, puede poseer la verdad. El hombre puede captar la realidad, puede vislumbrar la verdad, puede eliminar aquellas estructuras que, en ocasiones, desfiguran la realidad, puede llegar a comprender por qué otras personas captan lo mismo pero emiten juicios diferentes.


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