lunes, 21 de abril de 2014

Espíritu Santo tengo hambre de ti – Claudio Freidzon

Posteado por: Javierwheatley

Desee el primer momento en que vi a Claudio Freidzon. supe que había conocido a un que tenía hambre de Dios Visitó por primera vez Orlando. Florida, varios meses después que Buenos días. Espíritu Santo saliera en . Me informaron que un ministro de Argentina estaba presente en la iglesia y había pedido que orara por él.
Durante el del domingo en la noche, impuse mis manos sobre Claudio y oré que la unción del Espíritu Santo morara en su y , que Dios hiciera una gran obra a través de él en Argentina.
En los meses siguientes, comencé a oír grandes testimonios de amigos en el ministerio que hablaban de cómo Dios estaba usando a Claudio en grandes reuniones en Argentina. A la vez que presentaba un mensaje del poder transformador del Espíritu Santo en la vida de Claudio debido a su hambre espiritual, ahora impactaba a otros


Mi próximo con Claudio fue en una de nuestras Cruzadas de Milagros en Estados Unidos, donde varios pastores de Argentina lo acompañaron. Esto volvió a ocurrir hasta que más de dos mil ministros de Argentina asistieron a las Cruzadas de Milagros en Estados Unidos para ser testigos del poder de Dios en acción.
R.A. Torrey dijo en una ocasión: «Antes de que alguien pueda entender correctamente la obra del Espíritu Santo, debe primero conocer al mismo Espíritu». Esto se ha hecho realidad en la vida de Claudio Freidzon. Me dijo que desde el momento que comenzó a leer Buenos días. Espíritu Santo, algo dentro de él gritó: «Espíritu Santo, tengo hambre ce conocerte».
Claudio Freidzon conoce al Espíritu Santo y la evidencia de su relación con Él se ve en un ministerio ungido No es sólo mi amigo Claudio es un hombre de Dios que conoce la voz del Espíritu y ministra con poder y autoridad.
Las páginas de este contienen la de la búsqueda ce Claudio por conocer al Espíritu Santo, junto con la satisfacción y comunión que vienen como de tener una relación con Él. Su testimonio personal de su jornada para satisfacer esa profunda hambre interior te servirá de inspiración. Ese mismo poder transformador está disponible para ti también cuando invites al Espíritu Santo a tu vida diciendo: «Espíritu Santo, tengo hambre de ti».
 

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